LOS BRIDGERTON 1: EL DUQUE Y YO
Realmente jamás me imaginé que escribiría una reseña de la saga de los Bridgerton, ni cuando vi que Netflix sacaba la serie, ni cuando las estanterías de las librerías se cubrieron de los tonos pastel que caracterizan las portadas de estos libros, ni tampoco cuando ya no podías navegar un rato por las redes sociales literarias sin encontrarte una alusión a alguno de los libros de la saga. Si os soy completamente sincera, ni siquiera pensé que escribiría esta reseña cuando finalmente decidí que tenía que leer al menos uno de los libros para intentar averiguar qué era lo que tenía loco a todo el mundo.
Me he cansado de deciros que la literatura romántica no es lo mío, y es que me cuesta mucho empatizar con los personajes y con la imagen de mujer que transmiten muchas de estas novelas. Esas mujeres a las que parece que se les derrite el cerebro sencillamente porque el protagonista "está bueno" y, a partir de aquí, ya da igual que las trate como sea o incluso que tengan que renunciar a un futuro profesional, a relaciones de amistad o a cualquier otra cosa, sencillamente no me permiten conectar en lo más mínimo, es más..., me sacan completamente de la historia. Sin embargo, con el primero de los libros de los Bridgerton no me ha ocurrido y de hecho... ¡he comenzado el segundo!
Creo que a pocos os voy a descubrir ya nada con la sinopsis de este primer libro, pero si alguien, como yo, aún no se ha caído del guindo con esta saga familiar, os hago una pequeña introducción.
Los Bridgerton son una familia que vive en la Inglaterra georgiana (ya sé que se ha querido emparentar con la época Victoriana como a la pobre Jane Austen a la que siempre se le cambia de periodo, pero la realidad es que los libros están ambientados en 1813 cuando el reinado de la Reina Victoria no comienza hasta 1837). El caso es que nos enfrentamos a una familia muy particular formada por una madre viuda y nada menos que sus 8 descendientes cuyos nombres, para que podamos orientarnos mejor, se ordenan alfabéticamente de mayor a menor.
En tan numerosa familia, como es natural, encontramos caracteres para todos los gustos, pero lo que en principio no vemos por ningún sitio, son damas desvalidas (¡Gracias a Dios!). Lógicamente, en esta época, el papel de la mujer estaba totalmente definido. A los 17 o 18 años eran presentadas en sociedad y tenían hasta los 22 para encontrar un marido ya que, a partir de este momento se acercaban peligrosamente a la figura de solteronas. Es cierto que esta circunstancia sobrevuela la obra en todo momento y la temática del mercado matrimonial de la época tiene una importancia inmensa pero la manera de contar la historia es tan diferente que nada de esto molesta en absoluto.
Daphne Bridgerton, la cuarta hermana de la familia y la más mayor de las mujeres es nuestra protagonista en esta historia aunque sus hermanos mayores, Anthony, Benedict y Colin (especialmente el primero) no dejan de hacer sentir su presencia. Pero Daff es independiente, inteligente, simpática y mordaz, tiene las cosas claras y no se deja manipular con facilidad. El hecho de que esta sea la temporada en la que debiera recibir una proposición de matrimonio no es plato de su gusto ya que además, su particular y abierta forma de ser no le granjea de momento demasiadas opciones.
Simon, el duque de Hastings será nuestro protagonista masculino. Antiguo amigo y compañero de juergas de Anthony Bridgerton, tiene claro que no quiere casarse ni tener descendencia, pero todo está explicado en su pasado, con lo que, de alguna manera, su actitud queda más o menos justificada desde el principio. Pasar la temporada en Londres es algo que no puede evitar, pero le horroriza la idea de someterse al acoso de las madres de la alta sociedad que buscan el mejor partido para sus hijas casaderas.
Nuestros protagonistas tendrán un primer encuentro de lo más divertido y especial y poco a poco, llegarán a la conclusión de que fingir un acercamiento entre ellos podría ser beneficioso para ambos. Daphne conseguiría más pretendientes y Simon se libraría de las dichosas madres... ¿qué puede salir mal?
Realmente creo que el gran punto fuerte de esta novela es su pluma, la manera de contar la historia desde la ironía y el humor y de dotar a los personajes de una naturalidad maravillosa que hace que la historia evolucione suavemente, llevando al lector y sin demasiados problemas para comprometerse con los personajes, a quienes no se les va de pronto la cabeza, cuyos actos están completamente justificados y asentados en su época y su mundo y con quienes si podemos empatizar y comprender.
A los que habéis visto la serie, deciros que es infinitamente mejor el libro donde las cosas se plantean con mucha mayor naturalidad y donde todo está mucho mejor explicado, y a los que como yo, no sois muy amigos de la novela romántica, os digo que sin duda este libro ha hecho que me reconcilie con el género y, pese a que no era para nada mi intención leer la saga completa.... de momento debo confesar que he empezado "El Vizconde que me amó" (segunda parte de la saga), y por el momento me está divirtiendo bastante, así que... no puedo por más que recomendaros que le deis una oportunidad a estos libros que, sin esperar grandes cosas, dentro de su género, os pueden hacer pasar un rato muy agradable.
Como siempre estoy deseando conocer vuestras opiniones e ideas con lo que... ¡no dejéis de contarme cosillas en los comentarios!. Hasta entonces...
3 comentarios
La serie me encantó pero si dices que los libros son mejores...les daré una oportunidad!!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPues tengo esta saga pendiente y además me apetece bastante porque últimamente lo que leo son reseñas positivas. Me alegro que lo hayas disfrutado. A ver si me animo con él pronto.
Besitos 🖤
Hola.
ResponderEliminarHe visto muchas reseñas de este libro y todas son muy buenas pero es un libro y saga que no lo veo para mi. Los libros no me llaman e intente ver la serie y literalmente me dormí en el primer episodio y lo deje. Como digo, me alegro de que a ti te haya gustado pero no es para mi.
Nos leemos.