Y por fín llegó el momento de descubrir a Julia Navarro y es que, por increíble que parezca, hasta este año no había leído ninguna de sus obras. Es por ello que entró a formar parte de mi reto lector del 2021 con el que pretendía estrenarme con varios autores. Así en enero leí por primera vez a Megan Maxwell con su trilogía "Soy una mamá", en febrero nos pusimos (y digo "nos pusimos" porque aquí empezó a funcionar el club de lectura) con Isabel Allende con la lectura de "Inés del alma mía". Marzo nos trajo a Joël Dicker y su "El enigma de la habitación 622" y finalmente abril.... fue el mes de Julia Navarro y "Dime quien soy".
No puedo más que decir que estoy absolutamente feliz con las lecturas de este año. Como veis en la ficha del libro, "Dime quién soy" no ha sido para nada una excepción, sino más bien el colofón a un primer cuatrimestre excepcional, y es que cuando un libro te toca el corazón... ya nunca más vuelve a salir de él.
Guillermo es un joven periodista madrileño que no tiene mucha suerte en su profesión. Un día su tía le hace un encargo muy especial. Debe investigar la historia de su bisabuela, una mujer que desapareció poco antes de comenzar la Guerra Civil Española dejando atrás a su hijo recién nacido (el abuelo de Guillermo), y a su marido. La familia no vuelve a saber nada de ella, o al menos, si alguien volvió a saber algo... no lo compartió con las siguientes generaciones. En un principio Guillermo no rebosa entusiasmo por el encargo de su tía, pero dada su precaria situación económica, decide aceptar el proyecto.
Así será como la figura de Amelia Garayoa se presente ante nosotros, en principio como un rostro sin nombre, pero poco a poco esta mujer irá cobrando forma, la iremos conociendo y comprendiendo y de alguna manera, acompañando a Guillermo en el descubrimiento de la que fue una mujer absolutamente increíble.
La historia se nos contará a través de diversas voces. Guillermo tendrá que viajar por medio mundo tras la pista de su bisabuela y entrevistarse con una gran cantidad de personajes, algunos de los cuales la conocieron en persona, mientras que otros saben de ella gracias a su relación con personalidades no menos especiales.
Y así sin más, descubrimos una de las muchas fortalezas de esta novela: sus personajes. Tremendamente variados, todos especiales, ninguno prescindible, de todos los tipos y colores. Amelia recorrerá medio mundo acompañada de las personas más pintorescas, representantes de todos los estamentos sociales y tendencias políticas, gracias a los cuales, Julia Navarro construirá un preciso retrato de lo que supuso el siglo XX.
Madrid, Méjico, París, Moscú, Berlín, Londres, Jerusalén... estos son solo algunos de los lugares que visitaremos de la mano de Guillermo y Amelia mientras se desvela ante nuestros ojos la gran aventura de su vida. Todos los grandes conflictos que jalonaron el siglo XX se presentan claramente ante nosotros para que podamos comprenderlos, entenderlos y vivirlos a través de las experiencias de Amelia y de aquellos con los que compartió su vida. De esta manera, la novela nos hará experimentar las dos grandes corrientes que protagonizaron la política mundial aquellos años. Dos caras de la misma moneda, fascismo y comunismo, en cuyo nombre se cometieron las mayores atrocidades que podemos imaginar.
Julia Navarro nos conduce de una manera que no puede catalogarse si no de magistral. Desde el primer momento nos sumergimos en el relato de la vida de Amelia Garayoa y, si bien no siempre compartiremos sus decisiones, pues es un personaje que se mueve en la fina línea que separa la luz de la oscuridad, si que seremos capaces de entenderla y acompañarla a cada paso del camino. Julia Navarro nos lo pone muy fácil y nos previene a cada momento para que no caigamos en el error de juzgar a su protagonista. "Conoce a Amelia" parece que nos dice. "Tan solo escucha su historia", nos recuerda una y otra vez. Y es precisamente lo que Julia Navarro consigue con nosotros, convertirnos en ese bisnieto que, contra todo pronóstico, descubre en su bisabuela a una mujer digna de ser escuchada y con una vida, digna de ser recordada, y esto último va con segundas, ya que aquí reside una de las grandes bellezas del libro que no revelaré para no hacer spoiler a quienes no lo hayáis leído. Cuando lo hagáis, os acordaréis de mi... ¡o eso espero!
Sin duda un libro muy recomendable, de esos que se saborean y que te invitan a una lectura tranquila, sin prisa pero sin pausa, porque si bien incita a disfrutar de cada una de sus páginas, no permite descanso. La vida de Amelia Garayoa nos atrapa y ni siquiera en la última de sus páginas, quedamos saciados de esta gran mujer.