Y he aquí mi última lectura relacionada con el Black History July, esa iniciativa que puso en marcha @Trotalibros para dar visibilidad al trabajo de autores negros y que este año me ha llevado a hacer 3 lecturas muy especiales; "El peligro de la historia única" de Chimamanda Ngozi Adichie y "Viaje al país de los blancos" y "Desde el país de los blancos" de Ousman Umar.
Estas lecturas me han aportado una visión muy especial sobre muchos conceptos, y quizás el más importante tenga que ver precisamente con la creación de varios relatos para la cultura africana, pues no es lo mismo lo que nos puede contar un niño nacido en Ghana que desde que vio sobrevolar un avión soñó con alcanzar el país de los blancos, a lo que siente una mujer de clase media de Nigeria que acaba estudiando en Estados Unidos. Pero si hay algo en común, la sensación de no pertenencia a ninguna parte; dejan de pertenecer al mundo del que vienen, porque asimilan elementos del mundo al que llegan, pero tampoco pertenecen del todo a su nuevo mundo, ya que el color de su piel sigue haciendo de ellos carne de prejuicios, y eso es una brutal injusticia con la que hay que acabar. Chimamanda y Ousman han puesto su granito de arena con sus obras, ahora nos toca a nosotros escuchar su voz.
Ousman Umar nació en Ghana y desde muy pequeño soñó con alcanzar "El país de los blancos", pero dificilmente aquel niño que soñaba con pilotar un avión sabía lo que ese deseo significaba realmente. Lo cierto es que con 12 años Ousman se pone en camino, atraviesa el desierto del Sahara hasta Libia y de allí, y tras varios años trabajando duramente, alcanzó las costas de Mauritania para embarcar en una patera camino de Fuerteventura, España.
Finalmente fue enviado a Barcelona donde llegó tras 5 años de periplo cuando contaba 17 años de edad. Había alcanzado "el paraíso", al fin estaba en "el país de los blancos", pero... ¿Como se empieza una vida desde cero? ¿Qué siente y a qué se enfrenta un niño de 17 años que llega a una de nuestras ciudades para buscar una vida mejor? Si el camino hasta España era el tema de su primer libro, lo que Ousman encuentra cuando llega aquí, lo que supone ser inmigrante en nuestro país, es lo que vamos a descubrir en este segundo libro.
Indiferencia, prejuicios, racismo, soledad e impotencia serán algunas de las primeras cosas que Ousman descubrirá en Barcelona. Ousman descubrirá el círculo vicioso de la pobreza en el que tan fácil es caer cuando se es inmigrante, pero afortunadamente, también encontrará a gente buena en su camino; personas capaces de ver en él a un ser humano como cualquier otro más allá de los prejuicios y los miedos.
Pero si bien estos temas se reflejan sin duda en el libro de Ousman, quizás el mayor peso de esta segunda parte de su historia sea el choque cultural, el descubrimiento de los Reyes Magos, de las playas, las montañas nevadas y los supermercados, de lo que supuso para él ir al instituto, tener amigos y descubrir que podía ir a la universidad, como también nuestra relación cultural con los animales o el alcohol, lo que supuso para él volver a su tierra por primera vez y por supuesto, lo que le llevó a crear su ONG NASCO Feeding Minds.
Por último, Ousman también nos deja ver historias de algunos de sus compañeros de viaje. A algunos de ellos les fue bien y a otros no, diferentes relatos de lo que supone ser inmigrante, de lo que se siente y se encuentra en el camino al... ¿paraíso?.
Ousman no es duro en su lenguaje, no pretende darnos pena, sencillamente nos obliga a mirar a nuestra sociedad de una manera aséptica, natural y realista. Nos obliga a parar un minuto en nuestras vidas y preguntarnos ¿Cuántas vidas se cobra el desierto? ¿cuántas el mar? ¿cuanta gente acaba en manos de mafias cuando podrían haber creado una vida próspera y beneficiosa para el mundo? ¿cuántas veces hemos participado de esa indiferencia y soledad que sienten los inmigrantes en nuestras calles? ¿cuántas veces hemos dejado de hacer algo pequeño que podría cambiar la historia de alguien como invitarle a desayunar o servirle de guía en el metro?
Sin duda Ousman nos da una lección que no debemos olvidar jamás, su manera de ver el mundo, su entusiasmo y sus ganas de vivir sin perder la ilusión pase lo que pase en el camino es algo que todos deberíamos interiorizar pero sobre todo, deberíamos hacer nuestra su misión vital; que ningún otro niño tenga que pasar jamás lo mismo que él.
Como siempre estoy deseando conocer vuestras opiniones e ideas con lo que... ¡no dejéis de contarme cosillas en los comentarios!. Hasta entonces...