Como os decía en el post anterior, nada escapa ya a la influencia de las redes sociales y eso incluye a la literatura. Durante todo el mes de Septiembre vienen cociéndose los retos literarios del mes de Octubre en twiter, facebook y el resto de las redes sociales: #Victober y #Leoautoras.
#Victorber nos enfrenta a los autores de la Inglaterra victoriana, tales como las hermanas Brontë, Charles Dickens y Oscar Wilde entre los más conocidos. Mientras que #Leoautoras, nos invita a reivindicar el papel del género femenino en la literatura leyendo libros escritos por mujeres.
¡Así que me he propuesto cumplir los dos retos! La verdad es que #Leoautoras está totalmente dentro de mi zona de confort ya que la mayoría de mis escritores favoritos son precisamente mujeres. Ya os he hablado de Jean M. Auel, pero antes o después hablaremos de Matilde Asensi, Julia Navarro, Diana Gabaldón, Dolores Redondo y otras muchas otras grandes autoras.
La novela victoriana ya es otro cantar así que este primer año he decidido ponérmelo un poco fácil y he seleccionado a Oscar Wilde como gran exponente de esta época con tres de sus obras que os voy a reseñar hoy, de más fácil a más compleja: El Ruiseñor y la Rosa, El Fantasma de Canterville y El Retrato de Dorian Gray
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta cuando nos enfrentamos a este tipo de novelas es que hablamos de la Edad de Oro de la narrativa británica. Las novelas se publicaban por entregas y era a través de las mismas que los escritores se esmeraban en retratar a la sociedad de la época y los cambios que se producían en sus modos de vida.
Oscar Wilde, si bien es un autor puramente victoriano, desarrolla su actividad mayoritariamente ligada al teatro y solo escribirá una novela, "El Retrato de Dorian Gray". A pesar de esto, será uno de los máximos exponentes del esteticismo, línea guía dentro de la narrativa victoriana, que defiende que el arte no tiene otra utilidad que la exaltación de la belleza, más allá de la sociedad y la moral. Su novela "El Retrato de Dorian Gray" es un referente a este respecto, como se refleja en la frase que aparece en su prefacio "Todo arte es completamente inútil".
EL RUISEÑOR Y LA ROSA:
Se trata de un cuento muy breve pero realmente lindo. En él, un ruiseñor escucha las tribulaciones de un joven universitario enamorado a quien ha estado observando desde hace algún tiempo. El estudiante sufre por amor ya que la mujer que adora no le concederá un baile si no es capaz de entregarle una rosa roja, y no hay ninguna en el jardín ya que es pleno invierno.
El pobre pajarillo, exaltando el amor por encima de todas las demás cosas, hará lo posible por ayudar a este estudiante.
No puedo contar ni una palabra más sin empezar a desvelar demasiado, pero merece la pena leer estas 5 o 6 páginas de cuento, no solo por la belleza del lenguaje que utiliza Oscar Wilde y la musicalidad que imprime en el ruiseñor, que también, sino por lo que esta historia nos hace sentir.
Una mini - crítica social desgarradora y hermosa.
Unas 120 páginas deliciosas y divertidas que no te puedes perder. Quizá uno de los mejores cuentos de fantasmas de la historia, no solo por el rico y maravilloso lenguaje que Oscar Wilde derrocha en su obra, sino por lo divertido y brillante que es.
Sin entrar en muchos detalles para no destripar la historia, todo comienza cuando una familia americana adinerada, a cuya cabeza encontramos a un Ministro estadounidense, se compra el castillo inglés de la familia Canterville. Este castillo, según su dueño, alberga al fantasma de un antepasado suyo que mató a su esposa, desapareció y cuyo cuerpo nunca encontraron.
Lejos de asustarse, la familia decide adquirir el castillo "con el fantasma bajo inventario", un pobre alma en pena que penará de verdad en compañía de esta familia...
EL RETRATO DE DORIAN GRAY:
Y finalmente, con unas 280 páginas, nos enfrentamos a la única novela que escribió Oscar Wilde. Exponente del esteticismo, deliciosa novela satírica a más no poder, ingeniosa y divertida, con un ritmo ágil y un lenguaje maravilloso que difícilmente encontramos hoy en día en nuestros autores.
Supone una mordaz crítica social y describe maravillosamente a la sociedad en la que se inscribe la obra y no solo eso, sino que probablemente sea el más fiel retrato de la personalidad de su autor y de su interés, compartido con sus coetáneos, de profundizar en el análisis socio-antropológico de su época.
Nota: Hay que hacer un esfuerzo por contextualizar determinados comentarios que hoy pasan de largo la frontera del machismo y rozan la misoginia. Recordemos que la novela ha sido escrita a finales del siglo XIX, la sociedad de entonces nada tenía que ver con la de ahora, y el estilo de Wilde a base de epigramas maravillosos, sin embargo, no ayudan a suavizar determinados comentarios a cerca de la figura femenina.
Nota: Hay que hacer un esfuerzo por contextualizar determinados comentarios que hoy pasan de largo la frontera del machismo y rozan la misoginia. Recordemos que la novela ha sido escrita a finales del siglo XIX, la sociedad de entonces nada tenía que ver con la de ahora, y el estilo de Wilde a base de epigramas maravillosos, sin embargo, no ayudan a suavizar determinados comentarios a cerca de la figura femenina.
Dorian Gray, como no podía ser de otra manera, es el protagonista de la historia. Al comienzo de la obra, nos encontraremos con un joven adolescente, ingenuo e inocente cuyo camino hacia la oscuridad va a ser el argumento real de la historia.
Acompañando a Dorian, a modo de ángel y diablillo consejeros, encontramos dos personajes más: Basil Hallward, artista de cuyos pinceles surgirá el retrato sobre el que nos habla el título de la novela, y Lord Henry Wottton, un noble ocioso que con sus grandes palabras seduce e influencia a Dorian marcando para siempre su desarrollo vital y siendo desde el momento en que se conocen y hasta el final de la novela, su compañero inseparable.
Acompañando a Dorian, a modo de ángel y diablillo consejeros, encontramos dos personajes más: Basil Hallward, artista de cuyos pinceles surgirá el retrato sobre el que nos habla el título de la novela, y Lord Henry Wottton, un noble ocioso que con sus grandes palabras seduce e influencia a Dorian marcando para siempre su desarrollo vital y siendo desde el momento en que se conocen y hasta el final de la novela, su compañero inseparable.
El planteamiento de la novela es es siguiente: el joven e inocente Dorian se encuentra en el estudio de su amigo y pintor Basil Hallward quien le está haciendo un retrato maravilloso, cuando llega Lord Henry Wotton, amigo del anterior que insiste en conocer a Dorian de quien tanto está comenzando a oír hablar. Es Lord Henry quien, con su discurso envenena la mente de Dorian y le hace temer la pérdida de su juventud y belleza y pronunciar un deseo que cambiará su vida para siempre, que fuera su retrato y no él quien cargase con el peso de los años y de los pecados cometidos.
Sin más, Dorian comienza a distanciarse poco a poco de su amigo y buena influencia Basil Hallward y a acercarse cada vez más a Lord Henry quien le estimula con su discurso ágil, divertido y liberador. El giro sucede cuando un hecho determinado hace que Dorian se de cuenta de que efectivamente, es su retrato quien está acusando las consecuencias del paso del tiempo y de sus acciones.
Realmente es una novela que he disfrutado. El lenguaje, la manera de escribir y de describir de Oscar Wilde, es algo que no encontramos lógicamente en la literatura de hoy en día, un estilo diferente y musical que te conducirá a través de la historia sin apenas darte cuenta y con una gran dosis de ingenio en sus diálogos.
¡DISFRUTADLA!
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